Se analizan dos procesos; resistencia y adaptación de la elite nativa al estado-nación, destacándose dos tipos de interacción; la primera sobre la base de la igualdad de diferencias y la segunda sobre la base de desigualdad en la diferencia. En ambos casos la elite nativa y sus organizaciones sociales se articulan en la definición de un proyecto histórico. En ambos casos se revaloriza el discurso que a su vez transforma la percepción de la geografía del tiempo mapuche. En el segundo caso, la noción territorio o territorialidad irrumpe recreando la interpretación de la historia mapuche. La incorporación del derecho de autodeterminación y autonomía; así como el derecho internacional y los mecanismos y procedimientos de protección de los derechos humanos en el sistema internacional modifican substancialmente la noción de la identidad mapuche en tanto comunidad imaginaria. En una perspectiva estratégica esta comunidad emplaza sus fronteras más allá de la base material impuestas; tal como la reserva indígena o la de estado-nación. En esta revalorización simbólica emerge una tendencia a la integración de comunidad ideológica así como una proyección de largo plazo orientada a la reivindicación de valores globales.